sábado, 31 de marzo de 2012

FERRY A STATEN ISLAND


Uno piensa que en Nueva York tienes que estar soltando billetes cada vez que quieres hacer o ver algo, pero hay casos que no, como EL FERRY A STATEN ISLAND.

Considero este trayecto imprescindible para cualquier visitante que llegué a la Gran Manzana. Lo reune todo: comodidad, excelentes vistas, no te lleva demasiado tiempo y además.......no te cuesta un centavo. Yo lo he hecho dos veces, la primera en diciembre del 2.005, con varios grados bajo cero y con un viento helador que te entraba por todos los sitios y en abril de 2.007, con buen clima. En los dos casos valió la pena. Una vez que llegas a la Terminal de Whitehall, solo tienes que esperar un máximo de media hora para coger el ferry. La terminal es muy amplia, con bastantes medidas de seguridad y bastantes asientos disponibles en la gran sala de espera.A pesar de la gran cantidad de gente que te sueles encontrar, no hay empujones ni aglomeraciones. entras en el ferry y lo mejor que puedes hacer es salir fuera para disfrutar de las vistas, ya que lo tuyo es viaje de placer, como el 90% de gente que se coloca en el exterior, ya que los habituales que toman el ferry todos los días por necesidad, prefieren quedarse sentados tranquilamente en el interior. Hay una barrera de la cúal no puedes pasar por motivos de seguridad, aunque la primera vez que lo cogimos, un empleado nos invitó a ponernos delante para tomar mejores fotos, es el carácter neoyorquino. Si el tiempo es agradable, el viaje es una delicia, las vistas son increibles y uno hecha de menos el haber llevado consigo una mejor cámara con teleobjetivo, ya que las digitales normalitas que solemos llevar casi todo el mundo, nos alejan demasiado los objetos y los zooms son insuficientes. A la ida hacia Staten Island es mejor ponernos en el lado de estribor, a la derecha, y a la vuelta cambiaremos a babor, a la izquierda. disfrutaremos de vistas a la estatua de la Libertad y a la isla Ellis, la primera etapa que tenían lo emigrantes al llegar a Nueva York, también veremos el puente de Brooklyn y el de Verrazanno. El viaje no dura mucho, una media hora para ir y otra media para volver y no es cansado, además el ferry es muy estable y no debe dar reparo a la gente que se marea en barco ya que ni te das cuenta que vas por el agua. Cuando lleguemos a Staten Island, tenemos que salir del ferry y vovler a embarcar, no nos podemos quedar dentro, o bien aprovechar para dar una vuelta por Staten Island y coger el ferry mas tarde. Yo he realizado el viaje al anochecer y por la mañana. Las vistas nocturnas son espectaculares, pero si hace frio, como me ocurrió a mi en Diciembre, la experiencia no es tan agradable. Por lo tanto recomiendo hacerlo con buen tiempo para poder disfrutar plenamente del trayecto.

viernes, 30 de marzo de 2012

VENTANAS DE MANHATTAN

Antonio Muñoz Molina transmite en este libro todas las sensaciones que recibe todo visitante que llega a N.Y. Desde la llegada al aeropuerto, con esos funcionarios de aduanas bordes donde los haya, o más bien secos, hasta lo que se siente paseando por las calles de esta gran ciudad, en el día a día, en el metro, en el parque, el crisol, más que choque como había dicho en la anterior opinión, de culturas que se recibe ya que esta ciudad es como un pequeño resumen del mundo, pero cuidado, con el sentimiento común de sentirse neoyorkino.

Recuerdo sobre todo las páginas sobre el 11-S , la angustia que pasamos los que tenemos familia viviendo allí y los pensamientos que tuvieron el día después, todo ello lo veo reflejado en esta libro por el autor.

El título es muy apropiado ya que cuando vas por Manhatan o incluso desde tu propia ventana, y dado que la mayoría de casas no tienen persianas , es curioso ver a través de ellas fragmentos de la vida cotidiana de quien allí vive y los contrastes que puede haber en un mismo edificio, es algo que me impactó la primera noche que pisé Nueva York paseando por el Harlem Latino. Y la última vez que estuve, recuerdo una noche en un apartamento en Park Avenue cuando me senté delante de la ventana y pude contemplar sin ningún problema todo lo que ocurría en el edificio de enfrente: distintas habitaciones, distintas decoraciones, distintas luces, me sentía como en la ventana indiscreta y todo el rato pensaba ¿se sentirán observados?.

Es el diario de a bordo que a todo visitante le hubiera gustado escribir.

La única pega que le pongo es que, quizás, a quien no haya visitado la gran manzana y le sea difícil relacionar situaciones y lugares, le resulte un poco tostón. He visto opiniones encontradas sobre este libro, la mía no puede ser más subjetiva: adoro esta ciudad.

viernes, 16 de marzo de 2012

CHINATOWN



En mi primera visita a Nueva York, concretamente el segundo día, fuimos a Chinatown. Recuerdo que llegamos en el metro muy pronto, desayunamos en un Sbarro y , a continuación, comenzamos a pasear por las tiendas. La primera impresión fue muy superficial: relojes y bolsos de imitación cada dos pasos, gente vendiendo cds piratas y poca cosa más.

En visitas posteriores ya le saqué más jugo al sitio, saliendo de la calle principal y moviéndome por otras laterales donde pude ver tiendas chinas de herboristería y remedios tradicionales, joyerías, tiendas de alimentación, con letreros en chino y público chino, y ya así te haces una mejor idea del conjunto.

Evidentemente la faceta turística es muy importante, nosotros solíamos ir antes de Navidad y arreglábamos todos los regalos para la familia y además, porque no decirlo, siempre suele haber un poco de aventura: que si una redada policial, que si las tiendas con doble fondo donde se ocultan las mejores falsificaciones, o pedir alguna copia buena y buena y tener que ir a buscarla a un piso tipo zulo tras recorrer un montón de callejones....

Resumiendo, tiene su encanto, incluso para aquellos a los que no les gusta el shopping.


miércoles, 14 de marzo de 2012

TIMES SQUARE




Después de dos libros toca una experiencia personal, y como la anterior reseña era bastante oscura vamos con un mundo de luces Times Square:

He estado muchas veces y cada una de ellas he visto un Times Square diferente, la primera fue impactante, el bullicio, las luces, la frenética actividad, algo de desconfianza, quizás porque en España estamos acostumbrados a que en sitios turísticos y concurridos abunden los chorizos y por ese motivo creo que no disfruté plenamente del lugar, ya que la mirada iba más a ras de suelo que a las alturas.

Las siguientes fue diferente, de día y de noche, uno ya iba con la seguridad que te da visitar un lugar conocido y con la idea de descubrir rincones, cosas nuevas, o símplemente dejarte abstraer por los ruidos y las luces. La esencia de Times Square es nocturna, ir de día es una opción pero lo compararía a ver una fotocopia en blanco y negro de una foto, no es lo mismo, aunque sí lo complementa.

¿Un sueño? Tomar las uvas allí.

martes, 13 de marzo de 2012

EL ALIENISTA


No todos los libros que hablan de Nueva York o tienen como telón de fondo esta ciudad presentan un aspecto amable, divertido o lúdico, y como este blog pretende ser un compendio de mis experiencias personales y de literatura sobre la Gran Manzana os paso hoy una opinión que escribí en ciao sobre un libro bastante tenebroso que transcurre en el Nueva York de finales del XIX.

ARGUMENTO

Nueva York, finales del siglo XIX. En una ciudad convulsa, con una policía corrupta y donde el crimen campa a sus anchas, aparece asesinado un niño que se dedicaba a la prostitución. Para la policía es algo sin importancia, pero no para nuestros protagonistas, el periodista Jonh Schuyler Moore, el alienista (o psiquiatra) doctor Kreitzler y el comisario Theodore Roosevelt, que intenta reformar el cuerpo de policía.

Junto a ellos una serie de colaboradores que, en aquella sociedad, no estaban precisamente bien vistos: Sarah Howard, una mujer valiente empleada en labores detectivescas en un tiempo en el que debería estar casada y cuidando de sus hijos y los hermanos Isaacson, que por su origen judío están mal vistos por sus compañeros policías, Stevie Porra, un niño de la calle recogido por el doctor y Cyrus, un asesino negro, también al servicio del doctor.

OPINION

Me gusta en dos sentidos, el primero es la misma trama de la novela y su desarrollo ágil, bien llevado, sin dejar detalles ni flecos colgando, pero sin hacerse pesada. El segundo es la descripción de la ciudad de Nueva York y de la sociedad de su tiempo: una clase alta muy acomodada y un submundo de emigrantes y criminalidad que una policía totalmente corrupta era incapaz de controlar. Para que os hagáis una idea, una imagen que vimos en Gangs of New York.

La búsqueda del psicópata usando métodos de investigación primigenios, un CSI del siglo XIX, los razonamientos del grupo, el papel tan diferente pero fundamental que cada uno de los persobnjes juegan en la trama...todo son piezas, que, a mi entender, configuran una obra perfecta en su género y que te hace buscar, al terminarla otras obras de su autor Kaleb Karr.