lunes, 17 de diciembre de 2012

BROOKLYN HEIGHTS PROMENADE

Brooklyn Heights Promenade es un pequeño paseo en la zona del mismo nombre, en el que estuve en las navidades del 2.005. 

Es un sitio tranquilo, con espacio para paseantes y deportistas, un lugar agradable que no destacaría en nada si al volver la vista no te encontraras con una de las perspectivas fotográficas más bonitas de la isla de Manhattan. A simple vista es fácil divisar el south street seaport del Pier 17 o todo el skyline neoyorkino, además no es un sitio masificado, yo diría que pocos turistas se llegan hasta allí. El barrio, por otra parte, es chulísmo con las típicas townhouses de piedra marron, cafeterías y restaurantes con encanto, tiendas curiosas, etc.



Volviendo al paseo, si somos valientes, nos podemos llegar desde su punta norte hasta el puente de Brooklyn para cruzarlo a pie, yo que soy más perezoso lo crucé en coche.

En definitiva, si quereis hacer fotos chulas....id al paseo de Brooklyn Heights, el sitio y el barrio son perfectos para una mañana de domingo.

domingo, 28 de octubre de 2012

LA PASEADORA DE PERROS


Un trabajo intrascendente como pasear perros puede dar pie a muchas cosas, incluso a encontrar el amor de tu vida.
ARGUMENTO
Nina Shepard se gana la vida paseando perros en Manhattan, lo que le permite desarrollar una de sus aficiones favoritas: chafardear en las casas ajenas. En una de esas incursiones cree haber encontrado el hombre perfecto en la persona de Daniel, uno de sus clientes.
OPINION
A los aficionados a leer nos pasa muchas veces como a los amantes de la buena cocina: nos gusta lo bueno, las obras maestras, pero que a gusto entran muchas veces un par de huevos fritos con patatas!!. Este paralelismo puede darse con esta novela a la que podemos clasificar sin problemas como amable y divertida. Fácil de leer y muy entretenida nos acerca a los entresijos de Manhattan desde la óptica de una chica que se gana la vida paseando perros, con ella nos asomamos a los apartamentos y a las vidas de sus clientes...y también a las de sus mascotas.



No se pueden evitar, al leerla, ciertos paralelismos con Sex and The City, pero aunque el marco es el mismo, la posición económica de la protagonista no, por lo que las situaciones son muy diferentes.
Para ser la primera novela de la autora, Leslie Schnur,  está bastante bien, lo que presagia una interesante carrera.

viernes, 19 de octubre de 2012

CHELSEA MARKET

Siempre he pensado que los lugares no se visitan en una sola vez, y que son las visitas posteriores las que hacen que realmente empecemos a conocer aquellos rincones que no salen en las guías turísticas o que quedan eclipsados por otros más famosos o pintorescos. Uno de estos rincones en Nueva York es el Chelsea market.

Cuando mi cuñada me dijo que nos iba a enseñar el Chelsea Market y llegamos al lugar, me quedé muy decepcionado. Las calles estaban muy oscuras, los edificios feos, y el del Chelsea Market no era una excepción. Pero la sorpresa llegó cuando entramos dentro. Evidentemente, se notaba, se veía que aquello era un edificio industrial, concretamente una antigua fábrica de galletas, pero el colorido y la decoración eran extraordinarios, así como el ambiente que se respiraba. Todo estaba muy limpio, no había mucha gente y parece que las prisas de todos los neoyorquinos que por allí rondaban, se habían dado un respiro. Tuberías a la vista, paredes de ladrillo, cascadas artificiales y esculturas en cualquier rincón, todo parecía hecho sin fijarse, a la buena de Dios, pero la visión general del conjunto te decía bien a las claras que no era así.

Lo primero que me vino a la cabeza, al ver todo esto, fue la película Blade Runner, pero no encontré replicantes, sino un montón de tiendas, cafeterías y restaurantes con los productos mas variados. Creo que allí se puede comprar cualquier cosa que se coma en el mundo, aunque se habla del sitio como un lugar dedicado a las delicatessen, no todos los comercios tenían cosas con precios fuera de lugar. Lo que si llamaba la atención era que, productos extraños para los estadounidenses, alcanzaban unos precios increíbles. Valga como ejemplo un bote de banderillas, de las de aquí, con su guindilla, pepinillo, oliva y cebolleta, no recuerdo ahora la marca pero era española, que costaba nada y más y nada menos que 14 dólares. Pero nosotros acabamos comprando la cena ese día allí y no nos salió tan cara: un pan recién horneado con pasas y nueces que estaba buenísimo, prosciuto, ese amago de jamón serrano que hacen los italianos y varias cosas de bollería, productos del lugar con precios asequibles.

Espero que las fotos que he colgado os den una idea del lugar. Al ser diciembre, además de la particularidad del sitio, se añadía el hecho de la decoración navideña que llenaba de color el frío ambiente industrial. Si pasáis unos días en Nueva York, os recomiendo que lo visitéis. A veces vale la pena obviar los sitios más turísticos y visitar otros que reflejan mejor la vida del lugar.

miércoles, 4 de abril de 2012

NUEVA YORK EDWARD RUTHERFURD


ARGUMENTO

Nueva York de Edward Rutherfurd es la crónica definitiva de 400 años de historia de la Gran Manzana. Mediante la vida de varios personajes, familias más bien. El autor nos va mostrando de forma novelada la vida del principal protagonista que es la misma ciudad, desde los primeros colonos holandeses, pasando por los ingleses, italianos etc, así como las relaciones que tienen con su entorno y otros colectivos como los primitivos pobladores de la zona, todo un mosaico de piezas que va encajando hasta formar la actual Gran Manzana. Hay un factor común en toda la narración: un wampun, o cinturón de conchas que regala una niña indígena a su padre holandés y que va pasando de generación en generación hasta nuestros días.

OPINION

Para un entusiasta de Nueva York, como es mi caso, este libro se hace imprescindible, además es muy ameno y fácil de leer y daría incluso, con una buena adaptación, para una serie de televisión. Lo compré para Navidades y ya tengo ganas de volverlo a leer, eso si me lo devuelven ya que cometí el error de prestarlo. Es un buen punto de partida para aumentar los conocimientos sobre la Gran Manzana.

El libro en apariencia es un tocho, pero cuando lo has acabado de leer se te ha hecho corto. Curiósamente compré este año LONDRES, del mismo autor, y es mucho más farragoso, no enlaza los hechos de igual manera y el libro se hace demasiado denso, pero claro, la historia es mucho más larga . Teniendo en cuenta que Nueva York es posterior se agradece el buen hacer del autor.

sábado, 31 de marzo de 2012

FERRY A STATEN ISLAND


Uno piensa que en Nueva York tienes que estar soltando billetes cada vez que quieres hacer o ver algo, pero hay casos que no, como EL FERRY A STATEN ISLAND.

Considero este trayecto imprescindible para cualquier visitante que llegué a la Gran Manzana. Lo reune todo: comodidad, excelentes vistas, no te lleva demasiado tiempo y además.......no te cuesta un centavo. Yo lo he hecho dos veces, la primera en diciembre del 2.005, con varios grados bajo cero y con un viento helador que te entraba por todos los sitios y en abril de 2.007, con buen clima. En los dos casos valió la pena. Una vez que llegas a la Terminal de Whitehall, solo tienes que esperar un máximo de media hora para coger el ferry. La terminal es muy amplia, con bastantes medidas de seguridad y bastantes asientos disponibles en la gran sala de espera.A pesar de la gran cantidad de gente que te sueles encontrar, no hay empujones ni aglomeraciones. entras en el ferry y lo mejor que puedes hacer es salir fuera para disfrutar de las vistas, ya que lo tuyo es viaje de placer, como el 90% de gente que se coloca en el exterior, ya que los habituales que toman el ferry todos los días por necesidad, prefieren quedarse sentados tranquilamente en el interior. Hay una barrera de la cúal no puedes pasar por motivos de seguridad, aunque la primera vez que lo cogimos, un empleado nos invitó a ponernos delante para tomar mejores fotos, es el carácter neoyorquino. Si el tiempo es agradable, el viaje es una delicia, las vistas son increibles y uno hecha de menos el haber llevado consigo una mejor cámara con teleobjetivo, ya que las digitales normalitas que solemos llevar casi todo el mundo, nos alejan demasiado los objetos y los zooms son insuficientes. A la ida hacia Staten Island es mejor ponernos en el lado de estribor, a la derecha, y a la vuelta cambiaremos a babor, a la izquierda. disfrutaremos de vistas a la estatua de la Libertad y a la isla Ellis, la primera etapa que tenían lo emigrantes al llegar a Nueva York, también veremos el puente de Brooklyn y el de Verrazanno. El viaje no dura mucho, una media hora para ir y otra media para volver y no es cansado, además el ferry es muy estable y no debe dar reparo a la gente que se marea en barco ya que ni te das cuenta que vas por el agua. Cuando lleguemos a Staten Island, tenemos que salir del ferry y vovler a embarcar, no nos podemos quedar dentro, o bien aprovechar para dar una vuelta por Staten Island y coger el ferry mas tarde. Yo he realizado el viaje al anochecer y por la mañana. Las vistas nocturnas son espectaculares, pero si hace frio, como me ocurrió a mi en Diciembre, la experiencia no es tan agradable. Por lo tanto recomiendo hacerlo con buen tiempo para poder disfrutar plenamente del trayecto.

viernes, 30 de marzo de 2012

VENTANAS DE MANHATTAN

Antonio Muñoz Molina transmite en este libro todas las sensaciones que recibe todo visitante que llega a N.Y. Desde la llegada al aeropuerto, con esos funcionarios de aduanas bordes donde los haya, o más bien secos, hasta lo que se siente paseando por las calles de esta gran ciudad, en el día a día, en el metro, en el parque, el crisol, más que choque como había dicho en la anterior opinión, de culturas que se recibe ya que esta ciudad es como un pequeño resumen del mundo, pero cuidado, con el sentimiento común de sentirse neoyorkino.

Recuerdo sobre todo las páginas sobre el 11-S , la angustia que pasamos los que tenemos familia viviendo allí y los pensamientos que tuvieron el día después, todo ello lo veo reflejado en esta libro por el autor.

El título es muy apropiado ya que cuando vas por Manhatan o incluso desde tu propia ventana, y dado que la mayoría de casas no tienen persianas , es curioso ver a través de ellas fragmentos de la vida cotidiana de quien allí vive y los contrastes que puede haber en un mismo edificio, es algo que me impactó la primera noche que pisé Nueva York paseando por el Harlem Latino. Y la última vez que estuve, recuerdo una noche en un apartamento en Park Avenue cuando me senté delante de la ventana y pude contemplar sin ningún problema todo lo que ocurría en el edificio de enfrente: distintas habitaciones, distintas decoraciones, distintas luces, me sentía como en la ventana indiscreta y todo el rato pensaba ¿se sentirán observados?.

Es el diario de a bordo que a todo visitante le hubiera gustado escribir.

La única pega que le pongo es que, quizás, a quien no haya visitado la gran manzana y le sea difícil relacionar situaciones y lugares, le resulte un poco tostón. He visto opiniones encontradas sobre este libro, la mía no puede ser más subjetiva: adoro esta ciudad.

viernes, 16 de marzo de 2012

CHINATOWN



En mi primera visita a Nueva York, concretamente el segundo día, fuimos a Chinatown. Recuerdo que llegamos en el metro muy pronto, desayunamos en un Sbarro y , a continuación, comenzamos a pasear por las tiendas. La primera impresión fue muy superficial: relojes y bolsos de imitación cada dos pasos, gente vendiendo cds piratas y poca cosa más.

En visitas posteriores ya le saqué más jugo al sitio, saliendo de la calle principal y moviéndome por otras laterales donde pude ver tiendas chinas de herboristería y remedios tradicionales, joyerías, tiendas de alimentación, con letreros en chino y público chino, y ya así te haces una mejor idea del conjunto.

Evidentemente la faceta turística es muy importante, nosotros solíamos ir antes de Navidad y arreglábamos todos los regalos para la familia y además, porque no decirlo, siempre suele haber un poco de aventura: que si una redada policial, que si las tiendas con doble fondo donde se ocultan las mejores falsificaciones, o pedir alguna copia buena y buena y tener que ir a buscarla a un piso tipo zulo tras recorrer un montón de callejones....

Resumiendo, tiene su encanto, incluso para aquellos a los que no les gusta el shopping.


miércoles, 14 de marzo de 2012

TIMES SQUARE




Después de dos libros toca una experiencia personal, y como la anterior reseña era bastante oscura vamos con un mundo de luces Times Square:

He estado muchas veces y cada una de ellas he visto un Times Square diferente, la primera fue impactante, el bullicio, las luces, la frenética actividad, algo de desconfianza, quizás porque en España estamos acostumbrados a que en sitios turísticos y concurridos abunden los chorizos y por ese motivo creo que no disfruté plenamente del lugar, ya que la mirada iba más a ras de suelo que a las alturas.

Las siguientes fue diferente, de día y de noche, uno ya iba con la seguridad que te da visitar un lugar conocido y con la idea de descubrir rincones, cosas nuevas, o símplemente dejarte abstraer por los ruidos y las luces. La esencia de Times Square es nocturna, ir de día es una opción pero lo compararía a ver una fotocopia en blanco y negro de una foto, no es lo mismo, aunque sí lo complementa.

¿Un sueño? Tomar las uvas allí.

martes, 13 de marzo de 2012

EL ALIENISTA


No todos los libros que hablan de Nueva York o tienen como telón de fondo esta ciudad presentan un aspecto amable, divertido o lúdico, y como este blog pretende ser un compendio de mis experiencias personales y de literatura sobre la Gran Manzana os paso hoy una opinión que escribí en ciao sobre un libro bastante tenebroso que transcurre en el Nueva York de finales del XIX.

ARGUMENTO

Nueva York, finales del siglo XIX. En una ciudad convulsa, con una policía corrupta y donde el crimen campa a sus anchas, aparece asesinado un niño que se dedicaba a la prostitución. Para la policía es algo sin importancia, pero no para nuestros protagonistas, el periodista Jonh Schuyler Moore, el alienista (o psiquiatra) doctor Kreitzler y el comisario Theodore Roosevelt, que intenta reformar el cuerpo de policía.

Junto a ellos una serie de colaboradores que, en aquella sociedad, no estaban precisamente bien vistos: Sarah Howard, una mujer valiente empleada en labores detectivescas en un tiempo en el que debería estar casada y cuidando de sus hijos y los hermanos Isaacson, que por su origen judío están mal vistos por sus compañeros policías, Stevie Porra, un niño de la calle recogido por el doctor y Cyrus, un asesino negro, también al servicio del doctor.

OPINION

Me gusta en dos sentidos, el primero es la misma trama de la novela y su desarrollo ágil, bien llevado, sin dejar detalles ni flecos colgando, pero sin hacerse pesada. El segundo es la descripción de la ciudad de Nueva York y de la sociedad de su tiempo: una clase alta muy acomodada y un submundo de emigrantes y criminalidad que una policía totalmente corrupta era incapaz de controlar. Para que os hagáis una idea, una imagen que vimos en Gangs of New York.

La búsqueda del psicópata usando métodos de investigación primigenios, un CSI del siglo XIX, los razonamientos del grupo, el papel tan diferente pero fundamental que cada uno de los persobnjes juegan en la trama...todo son piezas, que, a mi entender, configuran una obra perfecta en su género y que te hace buscar, al terminarla otras obras de su autor Kaleb Karr.

miércoles, 22 de febrero de 2012

LUGARES QUE NO QUIERO COMPARTIR CON NADIE- ELVIRA LINDO


Como este blog combina experiencias mías con literatura sobre la Gran Manzana, hoy toca hablar sobre un libro que leí recientemente. Se trata de "LUGARES QUE NO QUIERO COMPARTIR CON NADIE".

El libro trata , básicamente, sobre la experiencia de vida de la autora en Nueva York, concretamente en el barrio donde vivía: gimnasio, restaurantes, bares, tiendas.... No es por tanto una guía alternativa de Nueva York, ni quien lo lea debe buscar eso, ni obsesionarse con que estos lugares que nombra la autora sean imprescindibles. La autora explica muy bien el sentido del libro: es un recordatorio para ella misma de los lugares que ha vivido. Porque es obvio, y lo digo por propia experiencia, que no es lo mismo pasarse una semana de turista alojado en un hotel que vivir en una casa, hacer la compra a diario, cruzarte con la misma gente y moverte por un barrio. Lo bueno del libro es que es ameno, entretenido, se lee sin enterarte y encima es positivo.

Yo creo que nunca se llega a conocer esta ciudad completamente, ni siquiera los que viven allí, recuerdo, sin ir más lejos , mi cuñado, de Brooklyn, apenas conocía cuatro sitios de Manhattan. Pero una bibliografía básica te ayuda a hacerte una idea aproximada, y en esta bibliografía, por la manera personal y cercana de la narración merece estar LUGARES QUE NO QUIERO COMPARTIR CON NADIE.

sábado, 18 de febrero de 2012

A VISTA DE PAJARO



Siempre me había ido de Nueva York con la tristeza de no haber podido realizar un tour en helicóptero. Pero en esta ocasión no lo iba a dejar escapar, así que un miércoles por la mañana dejamos a las chicas que se fueran de tiendas tranquilitas, sin el agobio de los maridos esperando, y nosotros nos fuimos en taxi hasta el Pier 6, donde está el helipuerto de Liberty. Fuimos allí, después de haber indagado en internet y de preguntar a amigos que habían pasado por esta experiencia.

El taxi nos dejó en el helipuerto y , siguiendo las indicaciones que había en el recinto, entramos en las oficinas. Una de las cosas que mas me gusta de Nueva York es la rapidez con la que cambian de registro lingüístico en cuanto ven que eres de fuera. Efectivamente, mientras mirábamos un cartel se acercó un señor uniformado con aspecto hispano que nos preguntó si podía ayudarnos y ante nuestra respuesta afirmativa nos dio todo tipo de información. Escogimos el tour de 12 minutos, que al final con impuestos se nos puso en 136 dólares cada uno, un poco caro, pero era una ocasión que merecía la pena y ya tocaba hacerlo. Nos pidieron una identificación válida de la que hicieron una copia, suerte que llevábamos el d.n.i, porque los pasaportes los dejamos en el apartamento. Desde los sucesos de las Torres Gemelas, la seguridad en Nueva York es muy fuerte, y la verdad es que se agradece.

Cogimos una taquilla para dejar nuestras pertenencias, ya que estaba prohibido subir cosas al helicóptero, así que dejamos allí la mochila que llevábamos y las chaquetas y esperamos tranquilamente a que nos llamaran, ya que éramos dos personas y había que completar el grupo. Por fin llegó el gran momento y tras pasar por un arco de seguridad tipo al de los aeropuertos nos hicieron una explicación sobre seguridad, por medio de un video de 3 minutos, y nos dieron una especie de riñonera, que ellos llaman dispositivo de flotabilidad, por si la cosa se ponía mal. En el grupo íbamos 6 personas. Salimos fuera y esperamos a que llegara el helicóptero. Antes de subir nos hicieron una foto al lado del aparato y ya entramos en el helicóptero, nos sentaron y aseguraron con los cinturones de seguridad. Yo tuve mucha suerte ya que a las personas mas grandes y pesadas las sentaban en el centro, yo como no soy una cosa ni otro acabé en el lateral izquierdo, genial para verlo todo mejor y hacer fotos.

Contaros que en el momento en el que apareció el helicóptero, el ruido era ensordecedor y los empleados se comunicaban con nosotros por señas. Nos pusieron unos auriculares por los que escuchábamos la voz del piloto, un señor muy amable que por lo visto no se cansaba de estar todo el día arriba y abajo, pero entre que su voz era muy nasal, típica americana, y la escandalera del rotor, de pocas cosas me llegué a enterar, pero no hacía falta, la sola visión de toda la isla de Manhattan no necesitaba explicación alguna, era alucinante, primero porque nunca había ido en helicóptero y la experiencia en si ya vale la pena y luego porqué ver así una ciudad como Nueva York es algo irrepetible. Debajo de nosotros, la estatua de la libertad, por la que pasamos en un sentido y en otro, al otro lado la ciudad de Nueva Jersey, que mirábamos todos de reojo, ya que la atención la teníamos todos en Manhattan. Contemplar todo el skyline desde una atalaya tan privilegiada vale la pena, ver los puentes, las islas como Staten Island o Governors Island, el tráfico fluvial que lleva el río, y lo marrón que se veía el agua. Yo andaba , todo el rato, cambiando entre la cámara de video y la de fotos para dejarlo todo inmortalizado. Los 12 minutos se nos pasaron volando, nunca mejor dicho, y nos quedamos con ganas de más, seguramente repetiré en otro viaje, pero con una ruta diferente.

Os habréis dado cuenta que no digo nada del helicóptero, es cierto, solo noté el ruido del motor, porqué la forma de pilotar era perfecta, ni me enteré, ni siquiera cuando aterrizamos. Ya de vuelta recogimos nuestras pertenencias y pasamos de coger la foto recuerdo, ya que habíamos hecho un montón y no valía la pena. Para volver al centro de Manhattan tomamos como referencia el Empire State , y pasamos de coger un taxi, caminando llegamos allí cruzando la high line y diferentes calles, una buena caminata pero muy amena, hasta vimos a los bomberos de Nueva York en acción, pero eso es otra historia.

lunes, 30 de enero de 2012

CENTRAL PARK


Central Park, es para mi, un sitio mágico. La primera vez que lo vi fue en el año 2.001. Mi familia vivía en el Upper West Side, a pocos metros del parque. Yo llegaba cargado de prejuicios a Nueva York y se me podía aplicar perfectamente la frase cuantas películas ha visto este tio, ya que me imaginaba la Gran Manzana llena de bandas criminales, mafia, delincuentes etc. Que equivocado estaba. Pero imaginaros la situación asomándome al parque con cautela, como si aquello fuera territorio comanche o algo peor.

El paso de los días fue venciendo a la desconfianza y al recelo y comprobé que Central Park era, y es, un sitio maravilloso, estupendo para pasear y para tomar aire y descongestionarte del trajín y meneo que lleva esta gran ciudad. Fueron varias cosas las que me llamaron la atención en este primer viaje: Primero el civismo de la gente, aquí estamos acostumbrados, a que por norma los espacios públicos tiene que estar machacados, allí no, todo estaba de postal. Segundo: el perfecto mantenimiento, por cualquier rincón se veía personal limpiando las hojas, arreglando los setos etc, zonas con carteles advirtiendo que se habían plantado semillas, todo muy bien indicado, los senderos para paseantes, para patinar, para ir en bici,no hacía falta irse al campo. Y en cuanto a la seguridad, de la que yo tanto recelaba, ningún problema, aunque lógicamente la prudencia aconsejaba no entrar en el parque por la noche.
En visitas posteriores, he disfrutado de muchas otras cosas de Central Park. Cuando mi familia se trasladó a vivir a Harlem, conocí la zona del parque llamada Harlem Meer, que precísamente ese año había nevado y el lago que hay allí parcialmente helado, así que veías a los patos haciendo patinaje, pobres, y a los niños tirándose por las laderas nevadas con sus trineos, los incondicionales de la forma física corriendo en la nieve, gente patinando sobre hielo en una zona adecuada para ello, en fin, se palpaba alegría en el ambiente.

La última vez que estuve fue en Abril de este año, acabábamos de casarnos en el City Hall y fuimos al parque a The Boat House, un restaurante que habréis visto en un montón de series y películas, a celebrar nuestro banquete de bodas en un marco incomparable. Era la primera vez que estaba en el parque en primavera, siempre lo había visitado en otoño y en invierno, y como fácilmente imaginareis, el lugar estaba en todo su esplendor. Allí, con nuestra cámara, nos hicimos las fotos de la boda, esa es una de las razones por las que Central Park forma parte de mi vida.

Como os daréis cuenta no he nombrando para nada los sitios, a los que se supone, se debe ir cuando uno visita Central Park, ni los museos,para eso están las guías; yo prefiero transmitir una pequeña parte de las sensaciones que este lugar me produce, y escribo esta opinión sin ningún papel delante, dejando que los recuerdos vayan pasando a mis dedos mientras voy escribiendo. Considero que este espacio debe descubrirlo uno mismo, tranquilo y sin prisas, sin papeles en la mano y sin ninguna obligación y además es gratis. Yo he viajado varias veces a Nueva York y hay muchos sitios del parque que me quedan por ver, pero no me obligo a ello. En un lugar como central Park cada persona puede encontrar su rinconcito, su Strawberry Fields particular.

PRESENTACION

Nueva York es un lugar fascinante, que te atrapa y que en cierto modo te acoge. No es sólo la ciudad en sí, su diversidad, edificios y atracciones, si no ese carácter tan peculiar de la gente, tan abierto y amable.

Este blog va a ser una recopilación de experiencias propias y de libros editados sobre la Gran Manzana. Va a ser también, para mi, un recordatorio, una manera de viajar otra vez a los sitios que visité y una forma de recopilar los artículos que he ido publicando en comunidades como ciao o trivago.

Espero que os guste.